domingo, 30 de octubre de 2011

miércoles, 26 de octubre de 2011

...=)

Como si solo hubiese un “¡ahora!”, un después ni un antes. Como si solo hubiese un hoy, no un ayer, ni un mañana.

sábado, 22 de octubre de 2011


Lo admito. Me gusta ver la vida de color rosa. Pensar que todo irá bien, que mis sueños se harán realidad. Posiblemente haga mal en hacerlo, porque después me llevo chascos. De vez en cuando una buena dosis de realidad viene bien, puesto que de sueños no se vive. Está bien vivir en tu mundo durante un tiempo, pero mejor es tener los pies en la tierra, para que, si sucede alguna cosa, no bajes tan repente al mundo como si te hubiesen echado un jarro de agua fría en la cara.


miércoles, 12 de octubre de 2011

Ni calmas, ni miedos, ni lágrimas, que el llorar sirve de poco, y el gritar para quedarte afónica. El reír para arrugarte, el soñar para flipar, el comer para engordar y el beber para olvidar. Los recuerdos para hacer daño, las canciones para cantar y el cantar para que llueva. La lluvia para encerrarte y para encerrarte mucha paciencia, la paciencia para el estudio y del estudio para llegar a lo más alto… ¿Y de allí? a lo más bajo. Jamás y  te digo ya que jamás tendrás lo que quieres, porque si lo quieres, es porque no lo tienes, y si no lo tienes, es porque ya lo has tenido. Porque si lo has tenido te importaba y si te importaba lo has perdido, porque lo dices en pasado. Hoy el mundo está loco, pero te diré un secreto, las mejores personas, lo están. ;)



lunes, 10 de octubre de 2011

lunes, 3 de octubre de 2011

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He aprendido mucho de la vida, sé muy bien cuanto son dos más dos, también sé que no hay que meterse donde no me llaman, que no siempre hay que ser buena, que tienes que tener ese punto de rebelde, ese toque de chica mala.
Y sé muy bien lo que es enamorarse, es sufrir, es llorar noche tras noche, y el único testigo de eso es la almohada o mi peluche favorito con el que me pongo hablar y a contarle mi vida como una tonta. Pero ¿y qué? Si con eso me desahogo. Ahora sé que la vida no es como cuando eres pequeño, color de rosas, cuando creces te das cuenta de que esta vida te machaca, de que no puedes quedarte ahí sufriendo por algo imposible, y sé muy bien que no siempre hay que llorar por un chico que no se merece ni que hables de él.